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sábado, 12 de noviembre de 2016

Se va acabando #SAMFyC2016 con Taller de Visibilización de la VG en la consulta

Los congresos son intensos, mucho, y se viven en ellos grandes momentos, si uno se implica.
Me enorgullece decir que, tras la formación en Violencia de Género que hice el año pasado y que mucho os nombro, porque realmente ha supuesto un antes y un después en mi vida profesional y personal, animé a las formadoras a preparar alguna actividad en el seno de un Congreso, y les aceptaron para SAMFyC, lo que me dio mucha alegría.
Aunque en principio no pensaba ir para no ocupar una plaza que otro quisiera, Pilar, sabiendo que estaría allí, solicitó mi colaboración. Querían desarrollar un role-playing sobre el que debatir los aspectos prácticos de la entrevista bio-psico-social orientada a la visibilización de la Violencia de Género que pueda existir tras la consulta por otra causa.
Es lo que llamamos la demanda oculta.




Ahí os muestro algunas fotos. Tenemos un video también, que por motivos técnicos aún no está disponible.
Antes del role-playing estuvimos haciendo una puesta en común sobre los aspectos sociales, sanitarios y legales de la Violencia de Género, sobre la realidad del día a día de estas mujeres, y sobre la importancia de nuestro papel como médicos para ellas.
Desde este taller, y además recientemente sobre un caso que se ha dado en la consulta, he estado reflexionando sobre estos cursos y esta preparación que hacemos; la conversación con mi compañero y con algunas otras personas que me ayudaron en esta ocasión han dado lugar a estos pensamientos.

Porque los cursos no son sólo sobre los aspectos prácticos de cara a la atención en el caso de la Violencia de Género. Siempre lo decimos: cuando viene diciendo que el morado del ojo se lo ha hecho su pareja, en uno más de sus ataques, es muy fácil saber qué hacer.
Lo difícil, lo que es un arte, es ver más allá de una consulta, o varias consultas, por otro motivo. La suerte de los médicos de familia es tener un arma que se llama tiempo, y continuidad (quien la tenga). Tener puestas las GAFAS de VER, y la mente abierta al cuadro que, más o menos intuitivamente, se nos dibuja delante. Hacer, a veces con pocos datos, una valoración lo más exacta posible del riesgo de la situación, para no exponer a la mujer maltratada a más peligros de los que ya corre. Y luego poner en marcha todas las medidas necesarias para ello, a veces luchando contra lo establecido, o peor, contra lo no establecido, con la falta de coordinación y los muchos déficits que aún adolece la Ley.

Pero antes que eso es necesario un paso previo: el de la sensibilización. Así le llaman al curso inicial en Violencia de Género, la "lección cero"; aunque después de haber pasado por ello, creo que hay que cambiarle el nombre.
Le llamamos sensibilización, pero es como decirle a los que lo reciben que no son sensibles. Todo el mundo se cree sensible y empático, y cuando se trata de un tema como éste, con el trasfondo cultural y social que tiene, más todavía, porque no es bonito no ser sensible al drama de la vida de estas mujeres y sus familias.
De hecho, creo que todos somos demasiado sensibles, y que estos cursos lo que nos deben hacer es desensibilizarnos: enfrentarnos a nuestras creencias previas (yo no conozco ningún caso, en mi cupo no hay de eso,tampoco es para tanto, siempre ha sido así), a nuestros miedos (y si le digo y se ofende? y si denuncia y va a peor? y si después quita la denuncia y dice que yo miento? y si él viene a por mí como represalia? y qué puedo hacer yo?), a nuestras resistencias (aquí eso se hace así, eso no es mi responsabilidad, eso es un asunto judicial no sanitario, lo que tiene que hacer ella es denunciar, la culpa es de ella por no haber hecho algo antes, cómo voy a implicarme de esa manera), a la memoria de nuestras experiencias personales o familiares (que nos hace sufrir, proyectar en otros nuestros miedos, nuestras frustraciones y nuestros rencores): lo que cada uno tenga. El que más y el que menos, con suerte, lo que tiene miedo es a hacerlo mal y empeorar la cosa, o a ofender a la mujer, encima, a la que sentimos tan frágil, en un momento que nos está exponiendo lo peor de su vida, lo más amargo que hay en su alma.
Para conseguirlo, no podemos pasar de puntillas, ni por encima ni por debajo de estos cursos: hay que pasar por ellos a través de ellos, con todo lo que tenemos: mente, alma, corazón, cuerpo. Es necesario un, a veces, duro trabajo interior para trabajar con nuestras emociones y que no nos sobrepasen cuando la mujer que tenemos enfrente ha roto sus defensas para abrirnos su corazón destrozado y su vida arriesgada, y espera de nosotros no sabe qué, y nosotros también tenemos que aprender lo que podemos dar.
En ello estamos. Porque en esto, como en todo lo demás, nunca se deja de aprender.
Gracias Pilar, por todo lo que me enseñas y por poder siempre contar contigo. Gracias por tu valentía, por tu alegría y tu ejemplo.
Gracias Mª Ángeles por todo lo que me enseñas, y por la serenidad que me transmites, a veces tan necesaria. Dale duro a los almacenamientos en la nube!
Gracias Rafael por ayudarme y apoyarme siempre. Tiene más mérito cuanto más te cuesta comprenderme. Gracias por no dejar de intentarlo, y por seguir aprendiendo juntos de tantas cosas. Perdóname cuando me pongo obtusa, porque de ello también hemos conseguido a veces grandes logros.
Gracias Paco, por estar siempre ahí, y siempre con los ojos abiertos. Gracias por ofrecerte a cuidar de mí. Gracias por hacerlo hasta cuando no sé que lo estás haciendo.
Gracias a Mª José y a Maribel, dos recientes hallazgos en los que tengo puestas muchas esperanzas. Breves conversaciones que me han hecho darme cuenta del potencial que tenemos. Estoy segura de que juntas vamos a hacer grandes cosas.
Gracias a mi familia por intentar redimirme. No me sale aún perdonar a las ratas maltratadoras, supongo que se retrasa la íntima alegría que decís que hay en recrearse en el perdón. Pero seguid insistiendo, por si acaso llega.
Gracias a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, especialmente a los de mi pueblo. Especialmente gracias a Gonzalo y a Juanma, por seguir mis intuiciones y creer en mí.
A todos, y especialmente a todas:
ojos abiertos a los #micromachismos
#niunamenos



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