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domingo, 28 de septiembre de 2014

Las cosas urgentes, las cosas importantes y lo tuyo

Voy a ser pesadita, y a conciencia, pues parece que no importa cuántas veces se diga, el mensaje no termina de llegar suficientemente claro. A la vista del plan, ni siquiera cuando uno lo ha vivido en primera persona.
Voy a empezar por la conclusión, para el que quiera la versión breve. Hay cosas urgentes e importantes. Cosas urgentes. Cosas importantes. Éstas tienenprioridad, y las demás no.
Además, la prioridad la establezco yo, que sé las cosas que tengo pendientes de hacer, y sobre las que ni debo ni quiero darte explicaciones, querido “abusuario de servicio sanitario”.

Así que, la próxima vez que seas un paciente de otro médico, que quieras que, sin cita, te dé los resultados de unas pruebas que yo no he pedido ni sé por qué se han pedido, procura aceptar las prioridades que yo he establecido.
Porque si lo hubieras hecho,probablemente me hubiera entretenido, a la vuelta del aviso urgente al que te dije que iba cuando insististe de malas maneras en que “lo tuyo” iba antes, en abrir tu historial sanitario, enterarme de las circunstancias, explorarte y darte los resultados que querías, a costa de hacer esperar otras cosas que ya tenía pendientes de hacer, pero que tampoco eran prioritarias.
Pero decidiste empecinarte en que “lo tuyo” era más importante que la persona que esperaba atención urgente en su domicilio pudiera estar padeciendo. Y te atreviste a decir que si no le hubiera dedicado veinte minutos a otro paciente que vino con cita a la consulta, hubiera tenido el tiempo para ti. No, estimada “abusuaria de servicio sanitario”, si no le hubiera dedicado ese tiempo a ese paciente no me hubieras encontrado en la consulta porque estaría ya atendiendo el aviso domiciliario urgente, o hubiera estado haciendo alguna de las otras cosas no prioritarias que tenía que hacer durante el resto de la mañana, que gracias a ti y a otros tantos como tú, se quedaron pendientes hasta por la tarde durante mi guardia en otra localidad.
La prioridad de la atención la establezco yo. El tiempo que le dedico a cada paciente lo establece el motivo de la consulta, jamás he cortado una consulta porque hayan pasado los cinco minutos asignados, y el retraso que ello causa lo padecemos todos, yo la primera. Qué sabes tú de por qué le he dedicado tanto tiempo a otro paciente. A ti, “abusuaria enfadada”, en este caso ni te perjudica ni te beneficia porque tu demanda de atención no estaba justificada, y si hubieras sido más razonable y más educada, hubieras sido atendida, aun así; y me voy a permitir recordarte las ocasiones en que mi actitud te ha beneficiado.
Estoy muy contenta de haber terminado esta entrada sin haber escrito una sola palabrota. Porque si tú estás enfadada, no tienes ni idea de cómo estoy yo. Echando chispas.