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sábado, 13 de julio de 2013

De nuevo...¿tomas algo para ser feliz? sí, tomo decisiones

El título casi repetido, pero es que hoy me es necesario volver a hablar del tema. De las decisiones, de la inmovilidad vital.
Porque alguien a quien quiero mucho está tomando decisiones, y eso está afectándole mucho. Pero vamos a analizarlo un poco más despacio.
Lo de tomar decisiones está bien, es satisfactorio. Te hace sentir que tiene o toma uno las riendas de su vida.
Pero no es fácil para quien nunca ha sido salmón, para el que siempre ha flotado dejándose llevar por la corriente, casi sin hacer el esfuerzo de nadar. Hacerse cargo de la propia vida es echarse una carga, la responsabilidad sobre uno mismo, y acomodar esa carga a veces puede resultar pesado y/o lento.
Por otro lado, es la uncertidumbre sobre el futuro. ¿Saldrá bien? ¿Y si no funciona? ¿Y si las cosas no salen como espero o deseo? ¿Y si me equivoco? ¿Y si perjudico a alguien?
Me parece una reacción muy normal, y un sentimiento muy lógico y coherente. Pues para eso se actúa distinto, para que cambien las cosas. Claro que al final las cosas serán como esperamos o no, eso no siempre se puede anticipar. Ahí entran los miedos, las incertidumbres, ¿no es normal? Pues yo creo que sí. Que es legítima la inquietud. Y que las decisiones más grandes son las que más nos cambian la vida, son las que dan más miedo, y las que más cuesta tomar. Y cuando se toman, las que dan más inquietud. Porque una cosa es tomar una decisión, y otra muy distinta es ver sus resultados.
Pero cada cual ha de vivir su vida, ha de andar en sus zapatos. Ni vivir pendiente de lo que se espera de uno, ni amarrado a cómo se ha vivido hasta el momento. Los cambios no son malos, sólo dan incertidumbre. Y la incertidumbre es mala, estamos de acuerdo. Lo que tiene de bueno es que se acaba, nunca dura mucho, y tarde o temprano sabemos los resultados de nuestras decisiones.
Y llegado ese momento, podremos hacer balance. En el camino nos habremos equivocado y habremos corregido, y en ocasiones dado marcha atrás, sólo para coger impulso y volver a intentarlo.
La vida es eso, vivir, experimentar, tener la flexibilidad de corregir si es necesario.
Y con nuestros errores y nuestros aciertos fabricamos nuestra vida. El camino será bueno o malo, y los zapatos serán babuchas o sandalias de Louboutin, pero serán nuestros. El camino, los zapatos.
Las decisiones, sus consecuencias. El trabajo de verdad importante es el previo, el que después de reflexionar nos hace tomar una decisión en la búsqueda de la mejor vida que seamos capaces de conseguir.Así, al final. podremos decir que "valió la pena".

¡mucho ánimo! Que como dijimos en otro post anterior, "Pase lo que pase, no es el fin del mundo".

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